sábado, 1 de marzo de 2008

¿Es tu jefe un psicópata?

La verdad es que, aunque este blog pretende ser un punto de encuentro para todos aquellos que buscan algo en el ámbito del marketing, me voy a permitir la licencia de escribir sobre algunos libros que voy leyendo. El último de ellos, "Mi jefe es un psicópata. Por qué la gente normal se vuelve perversa al alcanzar el poder".

El libro analiza pormenorizadamente la psicología de los que el autor llama psicópatas organizativos, que no son otros que los que usan su "encanto, apariencia y capacidad de coacción para trepar y alcanzar con rapidez posiciones de poder". Seguramente esta definición nos trae recuerdos de personas que conocemos o hemos conocido (por desgracia), en diferentes empresas. Estos personajes se caracterizan, principalmente, por su carencia de empatía y por su incapacidad de sentir remordimiento ni sentimientos de culpa por lo que hacen. Hervey Cleckley (The Mask of sanity, 1941), señala las siguientes características de los psicópatas organizativos:


  1. Inexistencia de pensamiento irracional.
  2. Ausencia de nerviosismo.
  3. Encanto externo.
  4. Egocentrismo patológico.
  5. Indigno de confianza.
  6. Mentiras e insinceridad.
  7. Pérdida de intuición.
  8. Incapacidad para seguir cualquier plan de vida.
  9. Conducta antisocial.
  10. Razonamiento insuficiente.
  11. Comportamiento fantástico y poco regulable.
  12. Lloriqueo constante.
  13. Para ellos, el resto que les rodean son inútiles que no podrían hacer nada sin su gestión y "apoyo".

Parece que es una figura asumida, e incluso formada, potenciada y defendida en determinados tipos de empresa, donde la agresividad por la cuota de mercado se ha convertido en agresividad por la cuota de oficina. El management entendido como la capacidad de lograr alcanzar resultados en la empresa, utilizando para ello los recursos existentes, da entrada a un management personalista y manipulador en el que los recursos son explotados en beneficio de los que se autoproclaman DIRECTORES GENERALES (y lo ponen en mayúsculas, como muestra de su minúsculo cerebro).

En definitiva, se trata de personas que, como en la película "La invasión de los usurpadores de cuerpos" (Don Siegel, 1956), aparentemente normales son poseídas mientras duermen por un Mr. Hyde permanente. Por tanto, aparte de los problemas del día a día, tendremos que prevenirnos del peligro del psicópata organizativo. Yo, por si eso se pega como un virus, ya he avisado que a la menor evidencia de enloquecimiento por mi parte, avisen a un loquero.

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