viernes, 21 de marzo de 2008

¿Es tu jefe un psicópata? (II)

Volvemos a la carga para desenmascarar a lo que hemos llamado psicópatas organizacionales. Si bien es cierto que en muchos casos no podremos hacer nada por quitarles de en medio, nos ayudará a identificarles y prevenirnos.

Una de las características de los psicópatas organizacionales es que sufren lo que se denomina distorsiones del pensamiento. Estas distorsiones son:

  • Justificación. Las acciones se justifican porque el psicópata quiere algo o quiere impedir algo. Todo vale.
  • La verdad del psicópata es absoluta. Sus pensamientos son exactos porque se les han ocurrido a él.
  • Infabilidad personal. Siempre elije bien y nunca se equivoca.
  • Impotencia de los demás. Lo que piensen los demás no importa.
  • Consecuencias de bajo impacto. Piensa que no habrá consecuencias indeseables para él por los actos que cometa.
  • Dominancia sobre los demás. Los otros son débiles y merecen que se les domine.
Asimismo, los psicópatas organizacionales tienden a movilizar mecanismos de defensa para conseguir cierto equilibrio psicológico:

  • Agresión instrumental. Obtención de los objetivos mediante ataques y violencia psicológica.
  • Necesidad de poder.
  • Cobardía profunda.
  • Megalomanía.
  • Incapacidad de fiarse y traición a los demás.
  • Mentira compulsiva y sistemática.
Quizás uno de los mecanismos que se ve con más frecuencia en las empresas es la megalomanía. El psicópata adopta un inflado sentimiento de autoimportancia que no se corresponde con la realidad, pero que le permite ofrecer una imagen que incrementa su cotización. Esto se manifiesta en la monopolización de la palabra en las reuniones, en la forma en que refiere a sí mismo mediante grandilocuencias, y en cómo deforma sistemáticamente supuestos logros, realizaciones, éxitos profesionales...

Su megalomanía pretende demostrar que posee un atractivo personal o ético que, en el fondo, él sabe que no posee. La seducción suele acompañarse de la compra de personas mediante prebendas, puestos o favores. En breve hablaremos sobre otro rasgo del psicópata: hacerse pasar por víctima de sus propias víctimas.

Todo parece indicar que tras estas muestras de "poder" se esconde el miedo a la disrupción, que se manifiesta, principalmente, con el desprecio a lo nuevo, ignorancia de las nuevas tendencias y la creencia de poder detener el tiempo y el entorno. Por tanto, si encuentras alguno de estos psico-directivos en tu empresa sal corriendo porque ha pasado de ser un maravilloso activo, a ser un peligroso pasivo. Simplemente, corra. La dirección da igual: seguro que podrá añadir más valor - o al menos, no destruirlo - en algún otro sitio.

Para terminar, destacar el último estudio (The European World of Work), que ha puesto de manifiesto las quejas de los trabajadores en Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Países Bajos y España. Esos pequeños detalles o quejas de baja intensidad son:

Ruido. Música, charlas entre compañeros, sonidos urbanos… Los españoles somos las que más nos quejamos del ruido.

Temperatura. La gran mayoría de trabajadores no tienen acceso a su regulación y están obligados a pasar frío o calor durante la jornada laboral.

Distracciones visuales o auditivas. La falta de privacidad y las dichosas melodías de lo móviles.

Compañeros de trabajo. Es la principal queja de los británicos, donde un 35% de los empleados se quejan de sus propios compañeros quizá debido a la estructura típica de las empresas en este país, con espacios grandes y abiertos en vez de despachos. Los españoles somos los que mejor llevamos lo de los compañeros aunque preferimos a los nuestra misma graduación.

Luz. Igual que sucede con a la hora de regular la temperatura, la falta de control sobre la luminosidad afecta a muchos trabajadores. Los españoles somos los que más nos quejamos de la insuficiencia de luz solar.

Jefes. Ésta es la principal queja de los españoles. Hasta el 27% de los encuestados españoles incluyen a su jefe entre las principales molestias en el trabajo.

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